Descripción
Un ramo de flores silvestre blanco Luna, crea una sinfonía de frescura y simplicidad que deleita los sentidos. Las margaritas blancas, con sus pétalos vibrantes y centros amarillos, personifican la inocencia y la pureza. Los crisantemos, antirrino blanco, alstroemeria, tulipanes, lisiantus etc. pueden componer este maravilloso ramo y siempre con flores frescas y de temporada.
Para agregar un toque de frescura y vitalidad, pequeñas flores silvestres en tonos blancos y verdes salpican el ramo, como destellos de luz natural entre las flores más grandes. La armonía entre las distintas flores refleja la belleza que se encuentra en la diversidad, creando una experiencia visual cautivadora.
Los verdes variados, añaden profundidad y contraste, realzando la luminosidad de las flores blancas. Estos tonos verdes complementarios dan vida al ramo, creando una armonía visual que evoca la frescura de un jardín primaveral.
La presencia de la peniculata, con sus pequeñas flores blancas, aporta un toque delicado y elegante al ramillete. Su sutilidad y forma distintiva enriquecen la composición, añadiendo un elemento etéreo que completa la armonía natural del conjunto.
La simplicidad y la frescura de estas flores se equilibran perfectamente con la complejidad de los verdes y la delicadeza de la peniculata.
Colocado en un jarrón o sin el, este ramo transmite una sensación de aprecio y frescura que perdura en el tiempo. Ya sea como adorno en un hogar o como un regalo especial, el ramo de flores silvestre blanco Luna, lleva consigo la esencia de la naturaleza y la alegría que solo las flores pueden brindar.
Este ramo tiene una larga durabilidad y si se cambia el agua a menudo puede llegar a durar hasta 15 dias en perfectas condiciones, para lograrlo, solo hay que cuando cambiemos el agua cortar lo tallo en oblicuo para que la absorción del agua sea perfecta.